Intervenciones en Coaching



En enero del 2018 inicié una aventura llamada “Diplomado de Coaching”, (del cual escribí el artículo "una nueva aventura"), la penúltima sesión fue en la playa, en casa de uno de los compañeros de clase, quien muy amablemente como suele ser él, brindó su hogar para que esa sesión la disfrutáramos a la orilla del mar.

Por supuesto la experiencia fue maravillosa, sentir la fresca brisa, escuchar el sonido de las olas, ver algunas aves que surcaban el cielo y de vez en vez bajaban al agua, en verdad un clima delicioso dando lugar a un ambiente de tranquilidad y reflexión, ideal para lo que vivenciaríamos ese día.

Esta sesión fue el cierre de un maravilloso proceso de aprendizaje y desaprendizaje, de profundos análisis y reflexiones, de improntas personales y una visualización de metas u objetivos, ya sea confirmando o reestructurando.

Sin duda adquirí herramientas para mí y para ayudar a otros, como digo siempre bromeando: “a quien se deje”.

Estoy muy agradecida a los maravillosos instructores que nos compartieron sus conocimientos y sabiduría con gran entrega y amor: Nelda y Jimel, profesionales en toda la extensión de la palabra.

Agradecida a los excelentes compañeros que me acompañaron en este proceso y que también compartieron con sinceridad y amor sus experiencias.

No cabe duda que en esta vida que me tocó vivir, he tenido la fortuna de conocer gente valiosa que me honra con su amistad, de convivir y compartir con personas que quieren SER y HACER EL BIEN.

Dicen que en esta vida se viene a ser feliz, no a sufrir, estoy de acuerdo, el solo hecho de respirar ya debería ser un motivo de goce. Pero también hay quienes creemos que igual tenemos una misión, tenemos habilidades o dones que hay que compartir, así de simple, lo interesante es descubrir esos dones, eso es parte del proceso de conocerse bien, no superficialmente, saber quién soy y hacia donde quiero ir, cuando quiero llegar, como quiero llegar.

El cierre fue igual de intenso ya que era la sesión de presentar los avances de nuestras sesiones con nuestros coachees, que fue lo que logramos, que fue lo que nos faltó.

Posteriormente meses después nos enfrentamos a un nuevo reto, la certificación en las ejecuciones de sesiones de coaching ante el CONOCER, la entidad certificadora nacional, proceso interesante y enriquecedor. Para obtener esto, es muy valioso el poder tener la oportunidad de actuar con coachees, el practicar con personas, para ayudarlos con las herramientas adecuadas a que ellos mismos las utilicen en el logro de sus metas, una interacción muy rica, un enseñar pero también aprender. Logro alcanzado.

Este año 2019, en enero nuevamente y para actualizarnos participé en un taller de intervenciones de coaching, en el que adquirí nuevas herramientas, pero sin duda lo bello de esto, es que esas herramientas nos las aplicamos nosotros mismos, los participantes, las practicamos, para poder aplicar a otros.

Definitivamente un conocimiento debe ser lo más aplicable posible y el aprendizaje de herramientas de vida, pues sirven para aplicarse en la vida, es así de sencillo.

Este taller sin duda fue 90% práctico y vivencial.

Compartir experiencias, anécdotas, ideas con los compañeros e instructores es sin duda algo muy enriquecedor.

¿Qué meta u objetivo quiere lograr alguien en la vida?

¿La gente sabe realmente lo que quiere lograr?

¿Las personas saben cómo lograr aquello que quieren lograr?

¿Las personas conocen sus recursos personales para lograr lo que se proponen?

Estas son algunas de las interrogantes que se analizan con el coachee y que sin duda son muy pero muy interesantes, ¿retador no? enriquecedor sin duda.


Aprender y desaprender, derrumbar creencias limitantes, plantear preguntas que potencien al SER, ayudar a que las personas logren sus objetivos o metas, eso es apasionante.
Lista para lo que viene este año.

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