Trabajar más o mejor



Jaime es una gran trabajador, desde muy joven le dijeron que debía estudiar, conseguir un buen trabajo y dedicarle mucho esfuerzo para salir adelante y tener éxito en la vida, así que él le da mucho valor al trabajo tal como lo educaron, ya que eso es lo que le traerá recompensas de todo tipo. Y es que trabajar en la profesión u ocupación que tengamos no está mal pero solemos confundir;
 “trabajar lo más que podemos con trabajar lo mejor que podemos” 
y definitivamente NO es lo mismo. Hay que ser productivos, sí desde luego, pero eso conlleva que  en el periodo del tiempo establecido y al terminar la jornada laboral y dirigirse a casa, el trabajo debe salir de los pensamientos y del tiempo de la persona.

¿Eres de los adicto(a)s al trabajo? ¿Te sientes orgulloso(a) de eso?

Espero que aún seas soltero(a), pero sino aguas, está bien entregarse al trabajo, dar lo mejor de sí, ser productivo, ser creativo, pero también es necesario para el cuerpo y la mente darse tiempo de descanso.

Y es que ser adicto al trabajo tiene muchas formas de manifestarse:

1) Puede ser que pases en tu trabajo más de 10 horas diarias de lunes a sábado e incluso uno que otro domingo.

2) Puede ser que debido a la situación económica tengas 2 o 3 empleos u ocupaciones.

3) Probablemente seas de los que se llevan trabajo a casa para terminar después de la cena o el fin de semana.

4) Probablemente no te lleves trabajo a casa pero seas de los que siguen conectados con el trabajo aun en las horas que debes estar disfrutando a la familia.

5) Aun cuando no tengas que estar las horas de las horas en tu trabajo prefieres estar allí porque no tienes donde estar o como una medida de evasión de tu hogar.

6) Y tantas otras como personas adictas hay.

¿Pero, cuándo se dice que una persona es adicta al trabajo?

Esto se ha definido como la el involucramiento excesivo y progresivo de una persona en su actividad laboral, sin control ni límite y abandono de actividades que antes realizaba.

Por supuesto el adicto al trabajo suele negar el problema, con lo cual demuestra una distorsión en la apreciación de la realidad apoyada a menudo por el consenso social, ya que el trabajo intenso en general está bien visto, escapando a los observadores su carácter patológico.

Las personas que nos educaron muchas veces no nos dijeron que también es importante y básico dedicarle tiempo a las relaciones afectivas (familiares, de amistad) y que estas nos dan grandes recompensas y satisfacciones. Las buenas relaciones que tengamos con quienes nos rodean nos proporcionan como recompensa agradables masajes y caricias al alma, y es que tal vez damos por sentado que eso es automático, que no implica el cuidado y dedicación a esas relaciones.

Realizar cualquiera de las formas anteriores muy probablemente no abona en nada o muy poco a la nutrición adecuada de las relaciones.

Así que lo primero es reconocer si eres propenso o ya eres adicto al trabajo, pregúntale a tus conocidos ¿qué opinan?

O tal vez vives o tienes a alguien muy cercano con esta adicción, platícalo para ayudar a que se dé cuenta.

Y si tienes hijos, sobrinos, nietos o gente más joven que está en el proceso de formación, enséñales que efectivamente trabajar es algo valioso e importante en la vida, es necesario, pero hay que saber trabajar mejor que trabajar mucho y que igualmente o más fundamentales son las relaciones interpersonales sanas afectuosas y a esto también hay que ponerle esfuerzo y dedicación.

Espero que tu ames tu trabajo, porque lo contrario tampoco es sano para la mente, pero que tambien ames y les dediques tiempo y esfuerzo a tus relaciones interpersonales, ya que estas nutren nuestro afecto y emociones.

Si te gusta el blog o el post, compártelo, si tienes dudas, comentarios o sugerencias contáctame, me dará gusto saber de ti.