Cuando una relación termina




Cuando una relación termina hay dos opciones, o tal vez más, pero en esta ocasión hablare de 2:

1) Terminar por la buena, bien, como dos personas civilizadas, situación poco común.

2) Terminar por la mala, a gritos y sombrerazos, uno quiere y el otro no lo permite, situación más común.


Cuando una relación se termina por lo general uno de los dos miembros de la pareja le cuesta más trabajo asimilar el rompimiento, claro el que no quiere terminar.

Una relación de pareja está formada por dos individuos, pero estos dos individuos en muchas ocasiones cambian con el tiempo, se van modificando, cambian sus intereses, sus gustos, sus necesidades, sus motivaciones, algunos se modifican más rápido y cuando el otro integrante de la pareja cambia muy poco, más lento o no quiere cambiar, la relación sufre las consecuencias.

Esta es una de las razones por las cuales se recomienda, se sugiere que para decidir formar una pareja, uno mismo debe estar seguro de quien es y qué es lo que quiere en la vida. No unirse a alguien solo por no estar solo o por complacer a la sociedad.


Muchas parejas hoy en día se unen por las emociones descontroladas o las razones equivocadas.
Por lo general la atención a parejas desahuciadas en su relación, es compleja y se requiere de mucha cooperación de cada uno de los integrantes de la misma.

Existe todo un proceso para intentar mantener una relación.

Sin embargo, si se decide romper, por lo general el más dañado, el que se queda con más dolor, es quien no quiere terminar. No quiere decir que el otro no lo sienta, no le duela, pero es quien ya no quiere estar en ella, aún así muchas veces tiene que lidiar con el sentimiento de culpa por estar terminando la relación.

En muchas ocasiones ambos saben que ya no deben seguir juntos, esa relación NO es sana, no es funcional, ambos sufren, hay mucha acusación mutua, hay incluso violencia verbal o psicológica, pero esa dependencia emocional que se tiene es la más difícil de superar, ninguno quiere ser el primero en hablar del rompimiento, ninguno quiere ser el culpable de esa terminación, ninguno quiere ser señalado por la sociedad, por la familia o por los amigos.

Pero lo cierto, es que alguien tiene que tomar la decisión y llevarla a cabo, alguno tiene que ser quien plantee el rompimiento y la separación, por lo tanto cuando alguno se decide, debe ser una decisión firme y sin mirar atrás. Lo anterior es, claro, suponiendo que ya se llevó a cabo una serie de estrategias para intentar conservar y mantener dicha relación, pero si al fin se decide terminar se debe ser firme.

¿Qué sucede después de eso? 


La persona a quien le dicen hasta aquí, por lo general, no acepta, no lo permite, no deja de buscar a la persona, llama por teléfono, envía mensajes y muchas otras curiosidades; la persona que termina, si está segura y no quiere lastimar más, debe ser firme. Pero ¿cómo está eso? Si se cede ante un mensaje o una llamada, la otra persona suele confundirlo, piensa que es un signo de que “aún queda algo”, “hay una esperanza de un posible regreso”, lo cual le genera más daño porque prolonga su proceso de duelo.

Es por eso que lo recomendable cuando se tiene la certeza de ya no querer continuar con la relación es ser firme y tomar una sana distancia.

Es necesario y se requiere fortaleza para no ceder a las presiones o a la nostalgia.

Al que lo terminaron debe entrar a un proceso de duelo y recuperación en lo emocional que es lo más dañado y requiere tiempo y compromiso.

Cuando se termina una relación se pone en juego el amor a uno mismo, el apego desmedido al otro, el tiempo que aparentemente queda libre y muchas veces no se sabe qué hacer con ese tiempo.

Cuando una relación termina no es una experiencia agradable, pero es eso, una experiencia, dolorosa sí, pero ayuda al crecimiento.

Cuando una relación termina NO implica un fracaso, sino la oportunidad de empezar de nuevo con otra perspectiva.


Cuando una relación termina, no queda amor, sino lucha de poder, de orgullo herido, de no entender que nos han dejado de querer, de no entender que se acabó, se transformó ese amor y que lo más saludable es tomar distancia y ser fuerte.

La pregunta que frecuentemente me hacen, ¿cómo me alejo, despacio, permito que me hable, le contesto sus mensajes o no le contesto y soy fuerte?

Mi pregunta es: ¿si no te quedara de otra y te dieran a elegir, cómo te gustaría morir? ¿De golpe y porrazo o lentamente sufriendo dolores y ver como poco a poco te desangras?


La respuesta es probablemente como quieres vivir o afrontar una relación que se termina, la respuesta es la respuesta a tu pregunta.

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