Enseñar aprendiendo



Una de las actividades que más me agradan y que más disfruto en esta vida, (realmente de un tiempo para acá, tengo que confesar que disfruto cada momento de la vida) es pararme frente a un grupo de gente y transmitirles lo poco o mucho que se de algún tema, escuchando sus comentarios e intercambiando opiniones e ideas, lograr que esas personas se involucren de manera entusiasta en la actividad, sea esta una charla o un taller es de lo más gratificante para mi espíritu, me llena de alegría, me da energía, hay una especie de sincronía humana deliciosa, el deseo de aprender es mutuo.

En días pasados fui invitada por un excelente amigo a apoyarlo en la impartición del módulo de Sexualidad en la Vejez y Sexualidad en la Discapacidad, en el Hospital General de Valladolid, dos temas muy interesantes.

Valladolid se encuentra ubicado aproximadamente a una hora y media de Mérida, el viaje tempranito por la carretera fue agradable, me encanta manejar y en carretera federal más, ese tiempo es una oportunidad para disfrutar, para escuchar música y/o cantar a todo pulmón.

El grupo que participó, muy entusiasta, muy dinámicos, lo cual ayudó a que la sesión de 8 horas se pasará volando, sin sentirlo.

El regreso a casa fue mucho más delicioso, ya cayendo la oscuridad y sin calor, tal vez se podría pensar que el cansancio sería mi acompañante pero no fue así, realmente me acompaño una mezcla de energía y paz. Energía por todo lo aprendido y paz por haber logrado contactar con esos bellos seres humanos deseoso de crecer como personas y profesionalmente.

Muchas gracias a mi amigo Juan y a su Asociación Mexicana para la Igualdad y el Bienestar, Yaxché ac. por la invitación y muchas gracias a esos chicos y chicas por permitirme compartir, solo eso compartir.