Vamos a imaginarnos que hay dos personas a quienes se les encarga llevar a cabo las actividades específicas de un proyecto muy importante, les dividen las actividades de acuerdo a sus habilidades y competencias, seguidamente se nombra a un encargado o responsable del equipo, por razones de control y seguimiento. La prioridad de este proyecto es cumplir en tiempo y forma, transcurren los días y llega la fecha del plazo establecido, como resultado hay un cumplimiento de las actividades de manera exitosa, desde luego en este momento no es tan importante si alguien trabajo más o menos, si una le puso más enjundia y entusiasmo, lo importante es que se cumplió con el
proyecto.
Muy bien, ahora demos dos pasos al frente y vamos a imaginarnos otro proyecto: en este proyecto la prioridad es que los dos integrantes del equipo, se quieran y se respeten mutuamente, así de simple.
¿Se puede nombrar a una sola persona como responsable? ¿Qué sucede si una persona le pone más entusiasmo o esfuerzo que la otra? El proyecto es: la relación.
¿Qué pasa cuando NO hay equilibrio en una relación? Hay muchas probabilidades de que se desmorone, se resquebraje. Esto nos lleva a poner sobre la mesa que ambos integrantes del equipo deben ser los encargados o responsables, ambos deben estar involucrados, comprometidos y tomar las decisiones en conjunto. Por lo que parece lógico que ni uno ni el otro debe tener una posición “preferencial”, ambos deben poner su granito de arena día con día.
Es muy común que en las parejas existan desacuerdos que deben conciliar para que la convivencia sea sana y funcional. Hay casos como el de Tirso y Sara, en el que él se la pasa trabajando y ella tiene un pequeño negocio, a pesar de ello, ella se encarga de los quehaceres de la casa, llevar y traer a los niños y otras diligencias que se presenten, un día Sara decide hablar seriamente del tema, reconoce que Tirso no es un flojo pero se ocupa muy poco de la casa, tal parece que sus “proyectos” siempre son más importantes que los de ella, pero hay un proyecto mutuo que es la relación ¿o no?, el reconoce esta situación y hay una reorganización de actividades para que ella no sienta pesada la carga y el comparta un poco más los quehaceres, es decir el cronograma de actividades ahora es mucho más equitativo, las discusiones disminuyeron y su recompensa es una relación más respetuosa, amable, pacífica y amorosa.
Sin duda las relaciones donde hay igualdad y equilibrio, tienen muchas más probabilidades de ser exitosas y mayor posibilidad de perdurar.
Es muy común que en las parejas existan desacuerdos que deben conciliar para que la convivencia sea sana y funcional. Hay casos como el de Tirso y Sara, en el que él se la pasa trabajando y ella tiene un pequeño negocio, a pesar de ello, ella se encarga de los quehaceres de la casa, llevar y traer a los niños y otras diligencias que se presenten, un día Sara decide hablar seriamente del tema, reconoce que Tirso no es un flojo pero se ocupa muy poco de la casa, tal parece que sus “proyectos” siempre son más importantes que los de ella, pero hay un proyecto mutuo que es la relación ¿o no?, el reconoce esta situación y hay una reorganización de actividades para que ella no sienta pesada la carga y el comparta un poco más los quehaceres, es decir el cronograma de actividades ahora es mucho más equitativo, las discusiones disminuyeron y su recompensa es una relación más respetuosa, amable, pacífica y amorosa.
Sin duda las relaciones donde hay igualdad y equilibrio, tienen muchas más probabilidades de ser exitosas y mayor posibilidad de perdurar.
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