Hace unas semanas tuve un problema de internet en casa, simple
y sencillamente no me podía conectar, mientras lo reporté y acudían a revisar y
arreglarlo, pasaron algunos días, decidí esperar con calma al técnico, pero uno de esos días, necesité usar el
internet, por lo que le pedí posada a uno de mis hermanos para poder ir a su
casa y conectarme ya que necesitaba preparar un material para una exposición a
la que fui invitada.
Y bien, estaba sentada preparando el material, muy concentrada
escribiendo y diseñando la presentación, llevaba aproximadamente ya dos horas, con
breves lapsos de descanso, cuando decido nuevamente tomarme unos minutos, me
levanto, me estiro, voy a la cocina, me sirvo un vaso de agua y regreso a
sentarme para continuar, justo en ese momento miro a la izquierda hacia la
calle y observo una escena maravillosa, cuando llegué a casa de mi hermano
todavía había sol y calor, pero a esta hora que relato ya había
oscurecido, mi hermano y mi cuñada, como
muchas familias yucatecas habían sacado sus sillas a la puerta de la casa para
disfrutar la noche y justo allí ellos dos sentados conversando cual novios,
ellos dos solos disfrutando, disfrutando la noche, disfrutando la plática,
disfrutando su compañía, disfrutando la paz y tranquilidad de estar juntos, los
veo y me produce una inmensa emoción de alegría, de ternura y de gratitud.
Dejo lo que estoy haciendo y decido escribir acerca de este
momento, antes de que se me escapen la emoción y las ideas: me surge una
pregunta en este instante, ¿qué platicarán? ¿Cómo después de 40 años juntos,
siguen platicando? No puedo dejar pasar el momento y mejor tengo una evidencia,
por lo que busco mi celular y les tomo una foto desde donde estoy, ups!! no sale
bien mi hermano porque lo tapa un muro, bueno no importa, es el momento así
espontaneo, no puedo pedirles que posen, así como están prefiero tomar otra
foto y capturar dicha imagen maravillosa.
La alegría que me
producen es porque en medio de tan elevadas estadísticas de divorcios, ellos
son un ejemplo de lo contrario, aún se toman de la mano, van al cine, van a
tomar un café, sí, han tenido desencuentros, han discutido, pero siguen y por lo que creo a estas alturas
del partido seguirán juntos hasta el último día de sus vidas.
La ternura es ver
a dos seres que aún son capaces de seguir disfrutando de una noche y tener una
charla después de 40 años juntos, acerca de quién sabe qué pero parecen dos
novios con muchas cosas que contarse, me imagino que si cuando novios tuvieron
muchas cosas que decirse, ahora con tantas experiencias compartidas, 4 hijos y
8 nietos, tendrán muchas más cosas que comentar.
Mi gratitud es
por tener la enorme dicha de que sean mi familia, que aún los tengo en mi vida
y que los disfruto mucho, gozo el tiempo que nos vemos y conversamos, estos
instantes como dicen por allí NO se adquieren ni con una Mastercard.
Los novios con su mochila, su mochila de 40 años de experiencias compartidas, buenas, malas, tristes, alegres.
Gracias a ellos por la inspiración para escribir
lo que hoy he escrito. Doy un sorbo a mi vaso con agua y a seguir mi tarea.
Les dejo un bellísimo video dedicado a estos Novios de la mochila de 40 años.
Les dejo un bellísimo video dedicado a estos Novios de la mochila de 40 años.