Actitud


Actitud, cielo o infierno
Cielo o Infierno


Cuenta un antiguo relato Japonés la historia del guerrero samurái que buscando comprender el concepto del cielo y el infierno consulto un maestro Zen.

- Maestro ¿podrías explicarme la diferencia entre el cielo y el infierno?
- Yo no hablo con patanes como tú, pierdes tu tiempo conmigo- respondió fríamente el maestro Zen.
Ante tal deshonra, la ira y la indignación dominaron al samurái, quien se sintió enormemente ofendido por la respuesta del maestro.
- Podría matarte por tu impertinencia – exclamo el samurái mientras desenvainaba su sable.
- Muy bien,- dijo serenamente el maestro – ya conoces lo que es el infierno.
Al darse cuenta de su arrebato de furia y de que el maestro le estaba dando una lección, el samurái se tranquilizó, envainó rápidamente su sable y se disculpó con el maestro.
- Y ahora ya conoces lo que es el cielo- concluyó el maestro mientras se retiraba.

El poder no radica en las armas ni en los recursos que se pueden poseer. El poder radica en la actitud que se elija ante la vida.

La actitud es esa forma de ver la vida, esa forma de enfrentarse a la vida, esa forma de reaccionar ante la vida, y cuando digo vida me refiero tanto a las situaciones como a las personas que nos encontramos en nuestro día a día.

Las ocasiones en que tengo la oportunidad de estar frente a un público dando alguna conferencia, curso o taller e incluso en la pláticas informales con mis queridos amigos o mi adorada familia, y viene a cuento el tema de la actitud, por lo general manifiesto y es que realmente así lo considero: nadie tiene la capacidad para lastimarte si tu NO lo permites, tú decides cuanto quieres tolerar.

La forma como ves la vida es sin duda como caminas por ella: erguido, con los hombros caídos, arrastrando los pies, tenso o en posición de defensa.

Lo veo con mucha frecuencia en el trabajo, hay personas que ven la vida con una tremenda actitud negativa, ¿cómo las reconozco? Es fácil, son los menos colaboradores, los que siempre se están quejando, los que habla mal de todo el mundo, nada les parece bien, los envidiosos, pero lo más simpático es que debido a su actitud no prosperan y se sienten menospreciados, pero son ellos mismos los que sienten así, nadie los menosprecia, por supuesto no son capaces de ver la oportunidad frente a sus narices, están tanto tiempo compadeciéndose de sí mismos que les pasa de largo cualquier oportunidad.

De la misma manera, si vas por la vida reaccionando con enojo o tristeza ante circunstancias que no valen la pena, que son superfluas, sin importancia, muy probablemente eres de las personas en permanente conflicto interno e interpersonal, es decir eres infeliz y haces infeliz a los que te rodean, eres de los llamados seres negativos o tóxicos y a cualquiera de estos, nadie los quiere, probablemente se queden solos.

A principio de año, cuando fui a realizar una diligencia personal, tuve que hacer fila, mientras esperaba que me atiendan, las dos personas atrás de mí se conocían (aparentemente fue casualidad que se encontraran ya que uno llego primero que el otro) y la media hora que estuve a su lado, fue un rosario de quejas de ambos de todos los temas que tocaron, que si su pareja (de ambos), que si el gobierno, que si el trabajo, que si los vecinos, que si los hijos, bueno hasta del clima se quejaron. Vaya, vaya dije dentro de mí, que interesante, un ejemplo más de la pésima actitud del ser humano, ¿será que en verdad no hay nada agradable en su vida, será tan miserable? Bueno al menos creo que se desahogaron el uno con el otro, a lo mejor eso necesitaba, espero que eso los haya hecho sentirse mejor,

La forma como se enfrentan a la vida es lo que a muchos los hace estar en paz y tranquilos, los problemas siempre van a existir, los obstáculos siempre van a haber, los malos jefes suelen existir más a menudo de lo que quisiéramos, los compañeros poco amigables igual, la lluvia siempre va a caer, tú decides si llevas paraguas o no, y si no llevas por olvido también tienes la opción de decidir si refunfuñas contra la lluvia, buscas donde guardarte, esperas que pase o disfrutas la mojada, pero tú y solo tú tienes en tus manos la decisión de cómo lo enfrentas.

La actitud es esa forma de convertir una situación en el cielo o en un infierno


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